Muchas veces nos sentimos atrapados en diversas situaciones de vida. Situaciones que se nos repiten constantemente sin que encontremos la forma en que ya no nos sucedan. «Siempre es lo mismo, ya sé de qué trata esto», nos decimos con resignación después de haber intentado cambiar y habiendo probado múltiples herramientas sin resultados. ¿Qué falló? Falló tu disposición a cambiar. Ninguna herramienta podrá contra tí mismo. Me dirás y te dirás ”Eso que planteas es un error porque yo no quiero más esta realidad en mi vida, yo deseo cambiar de verdad». Con sinceridad sabrás en el fondo de tu corazón que el miedo a cambiar ESO es mayor que tu deseo a cambiarlo. Nadie quiere internarse en una selva de recuerdos angustiantes, nadie necesita sufrir más de lo que ya ha sufrido.
Es necesario cuando te planteas un cambio, ser consciente en primera instancia de tu renuencia al cambio. Ese va a ser el primer obstáculo. Tú mismo. Sin esta consciencia vivirás cada intento como una nueva frustración, algo que resultará injusto para la herramienta y para ti. Cambiar significa más que decir querer cambiar.Para cambiar necesitas primeramente estar dispuesto a recibir todo lo que ese cambio traiga y aquí es donde la mayoría de la gente se atora.En segunda instancia y creo que es la más relevante, verifica la verdad de esa necesidad de cambio. ¿Realmente es necesario cambiar? Quítate el lastre del cambio a toda costa y pregúntate qué necesitas cambiar. ¿Qué es lo que te disgusta tanto en tí como para cambiarlo? ¿Eso que dices querer cambiar es algo que los demás quieren cambiar en tí? ¿Eso que dices querer cambiar es tuyo realmente?¿Necesitamos cambiar algo que ni siquiera es nuestro?Muchas personas se rehúsan inconscientemente a cambiar por temor a la nueva realidad que se generará a partir de ese cambio. Otros se niegan al cambio como una especie de rebeldía ante la imposición de lo social. Otros sentirán que el cambio se llevará parte de su identidad, dejando un sentimiento de vacío o de extrañeza. ¿Si esto no lo soy, quien soy? ¿Cambiar para quién? ¿A quién quieres satisfacer con el cambio? ¿Es para el yo que te exige ser igual a todos los demás? ¿Es para no sentirte distinto? ¿Es para evitar el rechazo?Quiero preguntarte para que te preguntes ¿Es necesario el cambio? Y debes responder con profunda integridad para contigo mismo. ¿Es necesario para mi vida un cambio ahora mismo? Siente la respuesta. Siéntela en las entrañas y no en la cabeza. No la pienses, dale a tu cuerpo la opción de contribuir con esa respuesta. La mayoría de la gente realiza cambios en la escenografía. Cambian pequeñas cosas de sus vidas para ir sosteniendo la angustia tras bambalinas. Eso es lo que yo llamo cambiar algo para no cambiar nada. Nos sentiremos bien por un tiempo, nos miraremos al espejo con mejor ánimo, pero cuando el cambio es superficial la curva del malestar vuelve a manifestarse. Y te verás otra vez con la misma trama de siempre. Otra vez esto aquí, debajo de la alfombra. Otra vez la basura sin sacar. No digo que no vayas a la peluquería, no es eso. Simplemente digo que con la peluquería no alcanza. Muchas veces bromeo con mis consultantes acerca de ello. «Si quieres un cambio ve a la peluquería, si quieres transformación implícate en el proceso.»Una vez que tienes en claro qué quieres cambiar es preciso saber si eso que deseas sacar de tu vida es parte de la naturaleza de tu ser. No te imaginas cuánta gente desea cambiar cuestiones que creen propias sólo porque otros los han convencido de hacerlo. «Eres el mismo egoísta de siempre» te dicen y ahí estás intentando cambiar «tu egoísmo». ¿Y si eso que los demás llaman egoísmo es un límite a algo que no quieres en tu vida? ¿Sería necesario cambiarlo? ¿Y si tan solo se tratara de cambiar la perspectiva con la que te acercas a eso que estás llamando problema? ¿Y si eso que hoy llamas problema, fuera una señal para ver qué tan lejos estás de ser tu mismo? Si fuera así ya no sería necesario cambiar nada, sino hacerte consciente de eso. ¿Verdad?Aquello que queremos cambiar casi nunca forma parte de nuestra naturaleza y lo que es nuestra naturaleza nunca precisa un cambio. A esto me refiero cuando te propongo que pases del ‘cambiar algo para no cambiar nada’ al ‘no cambiar nada para cambiarlo todo’. Todo es perfecto en tu Ser, sólo hay que entender cómo funcionan las cosas en tu vida, poniendo el énfasis en el para qué, en vez del por qué. Luego poder estar con disposición a resignificar eso que llamamos los grandes traumas de la vida, como reales oportunidades para llegar a la verdad de tu Ser. Una semilla tiene todo lo necesario para ser árbol, aún no teniendo consciencia del árbol que será en el futuro. Sólo sigue su propia naturaleza.
Cuando tomamos contacto con nuestra propia naturaleza no necesitamos cambiar, simplemente nos transformamos en el acto natural de ser nosotros mismos.

